'La revolución del 4G desembarca en España', por Eduardo Lagaron, asociado de Information Technology de ECIJA
Tras una larga espera, por fin ha llegado a España la tecnología 4G o LTE (Long Term Evolution) y muchos usuarios se preguntan si realmente va a ser un cambio radical en la telefonía.
En efecto, muchos de los usuarios muestran su desconfianza al haber comprobado que, hasta ahora, la tecnología 3G o UMTS (Universal Mobile Telecommunications System) iba desapareciendo a medida que se alejaban de sus casas y de su trabajo, lejos de las grandes urbes. Más de uno habrá experimentado esa falta de conexión para disfrutar contenidos online (e.g. música, videos, etc.) cuando más deseaba hacerlo, en su periodo vacacional, lejos del estrés diario.
Y es que, más allá de considerarse la conexión 3G como un servicio universal, la cobertura de este tipo de tecnología no ha abarcado toda España ni mucho menos. Este servicio se encuentra básicamente en las principales ciudades del territorio español y en la zona costera, despareciendo totalmente en las zonas más rurales.
Con estos precedentes no demasiado halagüeños, la tecnología 4G entra en nuestro país con un gran despliegue publicitario en las capitales, convirtiéndose en el gran reclamo de las principales operadoras. El objetivo es claro, quien llegue antes a ofrecer el servicio, con independencia de su calidad o disponibilidad, mayor número de usuarios atraerá.
Y si bien es cierto que las operadoras esperan que para 2014 se abarque gran parte del territorio, con una gran crisis económica de por medio, las predicciones no son buenas. Como sucedió con el 3G, el objetivo de abanderar la innovación tecnológica puede pasar por no ofrecer a todos los ciudadanos los servicios más novedosos. En cualquier caso, no olvidemos que los usuarios somos todos, tanto los residentes de las ciudades importantes como los habitantes de las zonas más incomunicadas.
No todo son desventajas por supuesto. La implantación del 4G multiplicará entre cinco y diez veces la velocidad de las redes de tercera generación, con hasta 150 MB por segundo de bajada según los operadores.
Con ello, lo que realmente se mejora es el ancho de banda (ideal para utilización de contenidos como música, video, etc.) consiguiendo así un gran aumento en el envío de paquetes de información por segundo al usuario. Asimismo, aunque con menores avances que los que se han producido en el ancho de banda, la latencia de este servicio de comunicaciones electrónicas también mejora, traduciéndose en una aceleración de la propagación y transmisión de paquetes dentro de la red (ideal para juegos en línea).
Dado el “pistoletazo de salida” por parte de los operadores, ahora todo se centra en las ofertas de cada uno de los operadores para atraer, desde un principio, al mayor número de usuarios. Algunos pesimistas preveían unas ofertas excesivamente caras para el 4G pero, sorprendiendo a propios y a extraños, las mismas no han comenzado siendo realmente caras siempre y cuando claro, el usuario tenga actualmente contratada una tarifa de Internet móvil que le resulte rentable a la operadora para que, incluso, ofrecerle la tecnología 4G de manera gratuita durante un corto periodo de tiempo, le salga beneficioso
La llegada del LTE planteará a estas empresas la necesidad de contratar una línea fija, o bien, apostar desde un principio por la contratación de Internet móvil. En efecto, el 4G les permitirá conectarse a la red con una buena calidad e incluso podrán realizar tethering, esto es, utilizar el dispositivo móvil como pasarela para ofrecer acceso inalámbrico a la red a ordenadores, asumiendo el teléfono móvil un papel similar al de un módem o enrutador inalámbrico.
Enlace al artículo: http://www.microsoft.com/business/es-es/Content/Paginas/article.aspx?cbcid=628