Entendemos el ransomware como una de las formas más peligrosas de ciberataque actual. Este tipo de software malicioso cifra los archivos del usuario y exige un rescate económico para liberarlos, sin garantías de cumplimiento y con graves consecuencias operativas, económicas y reputacionales.
Destaca cómo los ataques se inician mediante correos fraudulentos, software obsoleto o dispositivos contaminados, y subraya la importancia de adoptar políticas de ciberseguridad sólidas: copias de seguridad actualizadas, control de accesos, formación al personal, monitoreo continuo y actualizaciones constantes.
Además, se mencionan medidas legales recogidas en los artículos 197 ter y 264 del Código Penal, que sancionan el acceso no autorizado y la alteración de datos, subrayando la necesidad de una protección jurídica frente a estas amenazas digitales. El artículo concluye que solo una estrategia integral y proactiva puede minimizar los efectos del ransomware.